jueves, junio 17, 2010

Escribir.


Escribir. Escribo por trabajo, vendo una a una cada palabra que pasa por mi mente para poder pagar mis cuentas a fin de mes. Pero las palabras parecen haberme asfixiado en un mar del cual no puedo salir. Decidí que mi vida debía girar en torno a la escritura, no sabía y no sé que voy a hacer con eso, pero simplemente decidí escribir. Lamentablemente la vida te lleva por otros caminos, conocí otras formas de ganarme la vida, conocí otras maneras de que el dinero llegue mucho más rápido a mi bolsillo, sin embargo, aquí me tienen, escribiendo.

Es inevitable y he escrito mucho a lo largo de mi vida, más cosas por encargo de las que hubiera querido o me hubiera imaginado, pero siempre igual esa constante, escribiendo. Tal vez “es hora de volver a mi”, como diría Fito, sin embargo simplemente no puedo, no se que es volver a mi, no logro captarlo en este instante, se que en algún momento lo pude captar, pero fue breve y no me dejo muchos recuerdos, al menos ahora no los puedo reconocer.

Cada día comprendo menos lo que es vivir, si vivir era esto, entonces ¿quien mierda puso mi alma en un cuerpo y me empujó a salir? No lo sé, o tal vez lo sepa y no quiera culpar a nadie más de los errores que son míos pero que quisiera fueran de otros. Nadie me va a salvar sólo yo y puedo tomar una decisión impulsiva en este momento, tomar una decisión de la que se voy a arrepentirme muy pronto, pero eso ya lo hice muchas veces y el sabor que deja no es el más dulce, ni el más amargo, es simplemente un sabor que ya tengo grabado en mis labios y que sé no quiero volver a probar.

Pero sé que la vida es demasiado injusta y me lo hará probar una y otra vez para recordarme que cometí diversos errores a lo largo de mi vida, mi corazón de piedra, mi barrera frente a la vista, mi impulsividad, etc. sé que no voy a cambiar o tal vez sí, pero lo único que sé es que algo tengo que hacer, seguir, darme por vencida o simplemente abandonar el juego. Un juego en el que siempre creí tener las reglas claras, sin embargo las reglas se fueron contra mí como en una avalancha.

Nada me calma ahora, nada, una fuerza en la boca del estómago me impulsa a escribir, también me exige que expulse algunas lágrimas, pero no sé, en este momento simplemente no sé, no sé si podré hacer algunas de las dos cosas, sólo atinaré a bajar, ir a la tienda y comprar una cajetilla más de cigarros, una cajetilla más que me acompañará esta noche junto a las colillas de cigarro que están esparcidas por todo mi cuarto y que se niegan a abandonarme. Yo y ellas, mis únicas compañeras.


jueves, febrero 04, 2010

Nada como la tranquilidad



Y esta mi parte favorita de la canción:

You weren't there, you never were
You want it all but that's not fair


En español:
Nunca estuviste ahí, nunca estuviste
Lo querías todo pero eso no es justo.

Y porque lo justo no es justo, tampoco es viable, menos cuando algo tan no sexy pasa en una relación . . . ahhh es fácil olvidar cuando hay razones para hacerlo, es muy fácil si ESO ocurre en el camino, al menos me ahorro muchas cosas, aprendí a fingir, fingí y mi juego se salió de las manos por un momento, pero como un boomerang mi razón retornó e hice lo que hizo Lexie Grey en la serie Grey's Anatomy season 6 episodio 11, acabé con todo, tal como lo sentí en ese primer momento y era lo que debía de hacer, tal vez lo disfracé de piedad y raciocinio, pero hice lo que mi corazón me pedía en ese momento, lo siento, fue mi corazón ((. . . ))